CCOO del Hábitat | 20 abril 2024.

Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía: CCOO en vanguardia

    Inmersos en la actual ola de calor que azota la península hoy, día Internacional de lucha contra la Desertificación y la Sequía, Paloma Vázquez, secretaria de Sostenibilidad de CCOO de Construcción y Servicios, reflexiona sobre este proceso, que afecta directamente a nuestro país y expone las reivindicaciones de la Organización sobre este día conmemorativo de la ONU

    17/06/2017.
    Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

    Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

    "La desertificación es un fenómeno mundial que afecta a la disponibilidad y la sostenibilidad de los recursos hídricos, incide en los medios de vida de 900 millones de personas de todos los continentes y es la causa de una tercera parte de las amenazas a la biodiversidad en todo el mundo". Irina Bokova, directora General de la UNESCO 2016.

    Lo que debemos tener presente a la hora de abordar tan grave problema, es que una de las causas principales de la desertificación es la intervención del hombre a través del sobrepastoreo, la deforestación, las prácticas de agricultura no sustentable, la sobreexplotación de los recursos hídricos, el incesante crecimiento urbano de las zonas costeras, el turismo de masas etc. Lógicamente también incide las variaciones climáticas. Si tenemos en cuenta la Convención de Lucha contra la Desertificación (CLD)-en vigor en España desde 1996- las zonas susceptibles de sufrir desertificación son las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas, por lo que amplias zonas de nuestro país se encuentran potencialmente afectadas por dicho proceso. Según la ONU un tercio de nuestra superficie sufre una tasa muy elevada de desertificación.

    El propio Ministerio de Medioambiente manifiesta que la desertificación es un problema real que afecta a más de dos tercios del territorio, agravado, además, por la falta de lluvias y las altas temperaturas. La supresión de la cantidad de agua disponible prolongando los períodos de sequía en determinados lugares puede llevar a la desertificación de un lugar.

    Por todo ello se impone, entre otras medidas, la necesidad de minimizar los vertidos y tratarlos siempre a través de plantas de depuración tal y como exponen las normas europeas.  En el Informe Mundial sobre Desarrollo de los Recursos Hídricos 2017 se demuestra que una mejor gestión de las aguas residuales genera beneficios sociales, ambientales y económicos para toda la sociedad, contribuyendo así al bienestar y a la salud, a la seguridad del agua y la alimentaria y al desarrollo sostenible.

    No obstante, el déficit de inversión en el saneamiento, más concretamente en la falta de instalaciones para la depuración de aguas residuales, fundamentalmente en municipios de pequeño y mediano tamaño, provoca que España continúe incumpliendo la Directiva 271/91 sobre tratamiento de las agua residuales urbanas. En España se reutilizan sólo cerca de 400 hm³, alrededor del 9% del agua residual depurada, según datos del XIV Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento en España 2016. 
     
    Lo que es un hecho incontestable es la relación directa entre desertificación y cambio climático, según Greenpeace la temperatura media de España ha subido un grado y medio, más de tres veces la subida mundial. Además, dicha organización afirma que el cambio climático conlleva el agravamiento de los periodos de sequía con una previsible disminución del 20% de las precipitaciones para el año 2100 y el aumento de la frecuencia de los incendios naturales y de su intensidad.

    Ante esto no deja de sorprender que en los presupuestos generales para este año se haya reducido considerablemente la partida presupuestaria para luchar contra el cambio climático, retrocediendo un 45% con respecto a los presupuestos del 2016, con lo que el gasto se situará en 27,64 millones de euros frente a los 50,85 millones del año anterior. No basta con ratificar el Acuerdo de París y defenderlo de palabra, hay que consolidarlo vía presupuestos para que se pueda ejecutar, o de lo contrario estaríamos ante un nuevo gesto populista del actual Gobierno, más interesado en consolidar el actual modelo energético, costoso e ineficiente, donde priman los hidrocarburos frente a las energías renovables.

    Por ello, desde CCOO de Construcción y Servicios  apostamos por un modelo económico sostenible, que ahonde en eliminar las desigualdades sociales y proteger el medio ambiente, y donde se cumplan los objetivos de ahorro energético aprobados en los Tratados Internacionales.