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Seguimos haciendo Historia

    Articulo de Vicente Sánchez en el 40 aniversario del asesinato de los Abogados de Atocha

    24/01/2017.
    Momento del minuto de silencio por los abogados laboralistas de Atocha

    Momento del minuto de silencio por los abogados laboralistas de Atocha

    El próximo 27 de abril se cumplen 40 años de la legalización de CCOO, cuestión que estamos conmemorando, junto con otros hitos de nuestra vida sindical, bajo el lema Hicimos, Hacemos, Haremos Historia. Visto en retrospectiva podemos decir, sin pudor, que desde el sindicato contribuimos a la llegada de la democracia, tejiendo además el entramado de derechos sociales y laborales que venimos disfrutando, los cuales se han convertido en los últimos años en el verdadero campo de batalla de nuestro día a día, frente a los que pretenden cercenarlos.

    Coincidiendo con este aniversario, el 24 de enero también se cumplen 40 años de un suceso trágico en el que CCOO tuvo igualmente un papel protagonista, aunque en este caso por desgracia para las compañeras y compañeros que lo padecieron.

    Como cada año, por estas fechas, recordamos el asesinato de los abogados de Atocha, acto donde se puede visualizar de forma nítida aquello de que "hacemos historia", por mucho que algunos pretendan seguir ocultando una parte del pasado reciente. Es un aniversario conmovedor pues, año tras año, son más las personas que participan y conocen los hechos acaecidos de aquel terrible día de invierno, así como los homenajes dedicados a las personas que murieron luchando por un país mejor.

    Sin embargo, es necesario recordar, porque poco se habla de las causas de aquella matanza, que uno de los asesinos que perpetra la masacre, incluso señalado por la mayoría de las fuentes como el autor intelectual de los hechos, es Francisco Albadalejo Corredera, relacionado con la FE de las JONS, por entonces secretario provincial del Sindicato Vertical del Transporte.

    De hecho, el auténtico objetivo de esta obra canallesca era acabar con la vida y la actividad sindical de las compañeras y compañeros del Sindicato de Transportes de CCOO, para desestabilizar a un país entero en su camino a la democracia. Su delito, ser promotores y convocante de unas huelgas que habían dinamitado la mafia sectorial vinculada al régimen franquista. Así, los terroristas llegaron al despacho laboralista para consumar la venganza frente a las movilizaciones sindicales que tanta repercusión estaban teniendo entre los trabajadores. Quiso el destino que Joaquín Navarro, máximo dirigente sindical de aquellas comisiones obreras del transporte, saliese unos minutos antes de la llegada de los pistoleros a la oficina de los abogados. Aun así, en un desprecio infinito a la vida, los asesinos decidieron matar a las personas que se encontraron allí.

    En cualquier caso, a pesar de que se intenta ocultar que el detonante de tan violenta reacción fue precisamente acabar con la intensa actividad sindical llevada a cabo por CCOO, de alguna manera se hace reconfortante comprobar que cuatro décadas después este dramático suceso se recuerda como el punto de no retorno en el tortuoso camino hacia la democracia en nuestro país, y que los que murieron trágicamente son recordados como héroes de la libertad, pues así lo son.

    Por nuestra parte, desde el sindicato consideramos que además de todas las aportaciones realizadas para conseguir la tan ansiada democracia, día tras día seguimos haciendo una parte vital de la historia, aunque sea de esa que no aparece en los libros de texto. Cada despido que impedimos, cada ERE que paralizamos, cada indemnización que mejoramos, cada convenio que logramos, cada ley que mejoramos, sabemos que contribuye a cambiar la vida de muchas personas, y eso nos empuja a seguir luchando para hacerlo cada día mejor.

    Lo que no cabe duda es que el sindicalismo de clase no había vivido una encrucijada tan complicada como la actual. Las condiciones laborales, el marco globalizado en el que estamos inmersos, los constantes cambios legislativos, nos indican que la capacidad para adaptarnos es cada día más importante. Por ello, lo realizamos de forma constante, y creemos que a pesar de las dificultades, podemos decir que seguiremos adelante con más proyección y retos a los que hacer frente.

    La organización de las trabajadoras y los trabajadores es imprescindible en la actual coyuntura y los sindicatos de clases siguen siendo más necesarios que nunca. La solidaridad, el pilar principal que sustenta el resto de los valores sindicales, jamás fue tan importante como en estos días que vivimos. De hecho, estamos convencidos de que en el futuro, dentro de otros 40 años, podremos recordar a muchas de las compañeras y compañeros que en la actualidad construyen sindicato con el mismo orgullo con el que guardamos en la memoria a los compañeros de Atocha. El tiempo da y quita razones, poniendo a cada cual en su lugar y al echar la vista atrás podremos afirmar que seguiremos haciendo historia.