CCOO del Hábitat | 29 marzo 2024.

Pedro Patiño: Las grandes historias siempre son colectivas

    Artículo de Vicente Sánchez, secretario general de CCOO de Construcción y Servicios, publicado en Infolibre.es como homenaje a Pedro Patiño, en el 45º aniversario de su asesinato defendiendo los derechos de los trabajadores de Construcción en la huelga "clandestina" de septiembre del 71

    13/09/2016. http://www.infolibre.es/
    Pedro Patiño: Las grandes historias siempre son colectivas

    Pedro Patiño: Las grandes historias siempre son colectivas

    Pedro Patiño Toledo fue un sindicalista de base de Comisiones Obreras y militante del Partido Comunista de España, un comprometido luchador por la libertad y los derechos humanos. Desde muy joven, sus inquietudes sociales le llevaron a luchar por conseguir una sociedad más justa, así como la ansiada democracia, frente a una dictadura franquista que imprimía toda su virulencia contra el mundo del trabajo, lo que le ocasionó múltiples persecuciones, detenciones y cárceles.

    Estos días se cumple el 45º aniversario de su asesinato, ocurrido el 13 de septiembre de 1971, cuando contaba tan solo con 33 años, durante el primer día de una huelga "clandestina" del sector de la construcción en Madrid que se prolongaría hasta el 19 del mismo mes.

    Su delito fue distribuir propaganda de CCOO convocando a los trabajadores del sector a secundar la huelga, para reivindicar una subida salarial y jornadas laborales de menos de 10 horas al día. Unos objetivos justos y legítimos que, no obstante, le costaron la vida.

    Sin embargo su muerte, lejos de intimidar a los huelguistas, espoleó una ola de valentía, esperanza y solidaridad entre los trabajadores de todos los sectores y de multitud de colectivos: estudiantes, médicos, abogados... Un apoyo transversal digno de recordar y envidiar, particularmente visto desde la perspectiva actual.

    De hecho, como en todas las historias que merecen ser recordadas y contadas, el aparente protagonista no está solo. Las grandes historias siempre son colectivas y si el caso de Pedro puso de acuerdo a tal número de personas, fue por la valentía, generosidad y arrojo de su mujer, Dolores Sancho, de su abogado, Jaime Miralles y de sus compañeros y compañeras de sindicato, CCOO, que no dejaron de denunciar incansablemente los hechos que habían acaecido. 

    Miralles fue un jurista singular que asumió la defensa de los derechos básicos de las personas en pleno régimen dictatorial, a pesar de proceder del sector de los vencedores. Por otra parte, en el franquismo abundaron los asesinatos a la clase obrera, pero solo algunos de sus familiares, debido a la brutal represión, se atrevieron a enfrentarse a las fuerzas dominantes en demanda de verdad y de justicia. Por ello, es imprescindible recalcar el arrojo de Dolores Sancho.

    En aquella España sin libertad de prensa, los medios de comunicación, todos afines al régimen, justificaron el asesinato describiendo una supuesta agresión del sindicalista a las fuerzas de seguridad. Sin embargo, se pudo comprobar que le habíandisparado por la espalda, relato que fue corroborado por los compañeros que repartían octavillas de la huelga junto a Pedro ese fatídico día.

    Quizás lo más determinante fue cuando Dolores y Jaime fueron al Gobierno Militar solicitando que les entregaran el cadáver para hacerle una autopsia y enterrarlo. Ese día el destino quiso que les dejaran solos en una sala donde estaba el atestado de los hechos. Así, con valentía, se hicieron con él, y pocos días después el PCE estaba inundando Madrid con fotocopias del relato verídico de lo que ocurrió esa mañana del 13 de septiembre. Miralles fue encarcelado semanas más tarde, pero sin duda había valido la pena. 

    Es dramático que la familia y sus compañeros tuvieran que esperar hasta junio de 2009 -treinta y ocho años después del crimen, la mayor parte del tiempo en un Estado supuestamente democrático-, para que, amparados por la Ley de Memoria Histórica, el Gobierno expidiera por fin un reconocimiento de que Pedro Patiño fue perseguido y encarcelado injustamente ?sin las debidas garantías por el ilegítimo Juzgado Especial de Espionaje y Comunismo? y que murió ?en defensa de su actividad política?.

    Más de cuarenta años después de estos trágicos sucesos, nos debe llenar de esperanza conocer la existencia de gente con el coraje de Pedro Patiño, Dolores Sancho y Jaime Miralles. Así como de tantos sindicalistas que a día de hoy siguen enfrentándose a la persecución por su participación en huelgas, como los compañeros de AIRBUS o de CocaCola, que siguen siendobaluarte en la defensa de los derechos de trabajadoras y trabajadores. 

    Sabemos que la historia la escriben los vencedores, pero ni ellos pueden obviar a los valientes.